sábado, 30 de octubre de 2010

Pollo Express


Hoy toca incorporar algo práctico, un homenaje al utensilio que nos facilita el ritmo de vida que llevamos y que nos permita a la vez disfrutar de un buen plato: La olla a presión. 
Vamos primero con un poco de historia:
El primer intento conocido de cocinar a presión ocurrió en 1679 cuando el físico anglo-francés, Denis Papin presentó este recipiente hermético que utilizaba presión de vapor para incrementar el punto de ebullición del agua y como resultado cocinar más rápido de manera que la carne y otros alimentos podían cocerse en mucho menos tiempo que en las ollas convencionales de la época.
Denis Papin presentó su invento en la "Royal Society" de Londres en el  año 1681, pero la novedad no prosperó y quedó como un estudio científico más. Habría que esperar hasta el siglo XX para que se hiciese realidad el invento y se fabricasen ollas a presión.

Tendríamos que elevar a los altares a este buen señor Papin, quien tanto tiempo nos está ahorrando a los individuos de hoy en día a la hora de poder contar en nuestras mesas con platos decentes y muy resultones, como ejemplo esta receta de pollo que sin duda va a causar verdadero furor entre vuestros comensales y a nadie dejará indiferente.
No hay mucho más que decir, podríamos utilizar varios calificativos para describir la receta pero una muestra sería: sencilla, rica, barata y rápida, la practicidad elevada a la enésima potencia.
¡¡Que la disfrutéis!!

domingo, 24 de octubre de 2010

Codillo Salm Bräu


Esta receta es de esas que te dejan preprarado para afrontar el más crudo invierno, por algo tiene su cuna en los países centroeuropeos.
Plato tradicional de Alemania, el codillo fue extendido por todo el territorio del antiguo imperio Austrohúngaro. En las cartas de sus restaurantes nunca falta, está considerado una institución, por suerte.

Se nos hace la boca agua al recordar aquella cervecería vienesa plagada de largas mesas con bancos corridos a ambos lados repleta de clientes degustando esos deliciosos " Schweinshaxe" servidos en tablas de madera guarnecidos por "choucroute", salsa de mostaza y rábano picante reallado... y como no, regados con cerveza bien fría elaborada en el propio establecimiento. Aún retumban en el oído el bullicioso discurrir de aquel sitio, la calidez encontrada en ese lugar donde nos guarecimos aquella fría noche de otoño, recién aterrizados en la capital austriaca. Toda una experiencia, aconsejable al cien por cien.
Es este el motivo por lo que hemos apellidado esta receta con el nombre de aquel lugar... Qué nostalgia, por Dios!!!
Pero para todos aquellos a los que la suerte no nos acompaña  y de momento no nos podemos permitir acudir a  estos sitios tan ideales a disfrutarlo cada vez que quisiéramos, tenemos la fortuna de poder prepararlo en casa de manera muy sencilla...