viernes, 19 de noviembre de 2010

Conchas finas, picantitas...



Es viernes y la cosa ya va pidiendo un tapeo, unas cañas y una tertulia interesante con buena compañía, para que el fin de semana no nos deje indiferentes y así, cargar las pilas para la nueva semana que nos toca encarar. Vamos pues con una tapita.
A ver, a ver..., ya está!! Hoy rendiremos homenaje al molusco que nos soluciona los aperitivos en un "pis pas" y además hace las delicias de todo el que lo prueba: las almejas.
Aparte de su delicioso sabor a mar -mediterráneo en nuestro caso-, es el marisco que contiene uno de los niveles de grasa más bajos. Atesora buena cantidad de  fósforo, potasio, magnesio, hierro y vitaminas A y B3, esta última regula la formación de glóbulos rojos y..., la producción de hormonas sexuales,  de ahí su fama de poder afrodisiaco, no es un mito, no.
De manera que no hay excusas.
En fín, nos centraremos en una variedad peculiar que en la vecina Málaga saben degustar como nadie, las conchas finas.
Es un tipo de almeja de tamaño mayor al resto, de concha rojiza y lisa, y abundante y sabrosa carne.
Tradicionalmente su preparación es semejante a la de las ostras, basta con abrirlas y regarlas con un chorrito de limón, pizca de salpimentado y a la boca, sin más. Están soberbias.
Pero en esta ocasión las vamos a cocinar, muy poco eso sí, pero las elaboraremos con una salsa picantona, de viernes que..., bueno, ya nos contaréis.